25/11/10

los hombre llama

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En el Sistema Sulfúrico, en los planetas de las tierras volcánicas, habitan los hombres llama, pobladores de los volcanes activos, merodeares de las lavas. Su entorno es ígneo, su hábitat caluroso. A temperaturas en las que otros organismos se incineran, los hombres llama recién se entibian. Su cuerpo es fluido, en un permanente estado plasmático, sin perder su cohesión ni identidad.

Los hombres llama se ven obligados a permanecer cercanos a los puntos telúricos más activos del planeta. Cualquier diferencia de unos pocos grados, amenaza con su extinción. Este impedimento obliga a los hombres llamas a concentrarse en unas pocas zonas, con mucha limitación en el intercambio social. Algunos investigadores han arriesgado la hipótesis que este condicionante explica cierta melancolía destacable en el grupo.

En voz baja, procurando que no se difunda en la población, se han sabido de casos de hombres llamas que se ha inmolado, lejos de su hogar, aburridos por una vida reducida a los pocos metros a la redonda del volcán. Si hubiera habido población a la vera de los volcanes activos, existiría el testimonio de los testigos que jurarían haber visto a las llamaradas caminar, independientes, por las laderas incandescentes, para extinguirse, paso a paso, lejos de su hogar.

La comunidad intergaláctica está hondamente preocupada por el futuro de los hombres llama, una vez que los planetas del Sistema alcancen su madurez y tiendan (como lo dicta la evolución tradicional) a enfriarse, reduciendo al máximo su actividad volcánica. Tal vez entonces, esas llamas que se mueven en el magma ardiente, se apaguen para siempre. O, con igual destino de desaparición, se vean obligados a replegarse al interior del planeta, asfixiando aún más su ya complicada convivencia.

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